lunes, 31 de marzo de 2025
RELATO POR UNA CABEZA
RELATO POR UNA CABEZA.
El turno de noche había sido agotador, llegar a casa del hospital, desperezar el
cuerpo tras el olor del café. Aquella mañana tampoco resulto distinta para Marga,
tras su paso por el baño, desayunó, fue a la habitación, besó la frente del
pequeño Antonio, que rizos de oro tan bonitos, se dijo para sus adentros.
Hoy en el ascensor no bajaba nadie, ni Herminia, la madre de Julián el
barnizador, ni Fermín, el pobre Fermín, pensó dando un giro a su cabeza, que
lleva dos meses buscando ese maldito trabajo que nunca llega. Es raro, ya que
siempre coincidimos, pensó Marga.
Su secuestradora, la hipoteca, reclamaba su rescate, por eso después de
trabajar toda la noche, iría a dar su curso de primeros auxilios a una mutua,
cuanto antes se librara del secuestro mejor.
Siempre miraba a la esquina de la frutería de don Julián, a ver si aparecía el loco
del tango, aquel que subía a su lado tantas mañanas, sonrió con el recuerdo y
empezó a tararearlo:
Su boca que besa
Borra la tristeza
Calma la amargura.
Pronto apareció por la esquina, como siempre, cantando un tango. Desnudo de
cintura para arriba y con unas rayas de pintura que él decía que eran su camisa.
Cuando llegaba a la parada, como cada día, bailaba unos pasos de tango, con
una imaginaria mujer, vestida con un ceñido traje rojo y unos altos zapatos
negros de charol.
Al acabar la miró y puso cara de preocupado, pero pronto le enseñó sus dientes
con una risa casi escandalosa y cantó otro tango
Te acordarás de este otario
Que un día, cansado
Se puso a ladrar
Qué raro hablan estos argentinos, dijo Marga, pero en ese momento él se
arrancó una raya de su camisa, hecha de pintura seca y se la pegó en la boca
dibujando una sonrisa que la acompañaría todo el día.
El resto de la jornada fue como siempre, un agotador cambalache de vida a
cambio de dinero. Al entrar en el ascensor de su casa se vio reflejada en el
espejo y pudo reconocer a la mujer que baila tangos y una sonrisa pintada que
no la había abandonado en todo el día.
Qué raro hablan estos argentinos. P.p. Regueiro
https://archive.org/details/relato-por-una-cabeza-p.p.-regueiro_202503
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