domingo, 25 de mayo de 2025
RELATO LA ULTIMA FRASE
LA ÚLTIMA FRASE
El calor era insoportable, el sudor corría por su rostro y se introducía en los
ojos produciéndole un escozor ardiente.
El hombre, ahora sentado veía que su propia vida ardía en aquellos
momentos, en la distancia, poca, estaba el final, un brillo reflejaba un fuego
que en el cielo incandescente abrasaba todo lo que se encontraba bajo él.
Cerró los ojos unos instantes, todo el recorrido estaba hecho, faltaba
un último esfuerzo para que hubiera merecido la pena.
Muchos seres ya queridos, habían muerto por el camino, otros, que
recién había conocido, también habían caído.
Un último sacrificio era necesario, por ellos, por él, había que cerrar
estos pocos pasos que restaban para llegar al punto donde quería ir desde el
principio. Nunca había valorado suficiente las vidas que en cada viaje se
iban perdiendo, los amores perdidos ni las ilusiones, todo conducía a un
momento final, el viaje tiene que terminar siempre.
El hombre cayó dormido, agotado, derrotado; “pensaría un
espectador”, mas él siempre encontraba el camino, por duro que fuera.
Abrió los ojos, llorosos y borrosos, con restos de agua que no dejaba
pasar la imagen del cerebro al papel, y, así escribió:
Casi desangrado por las heridas, y deshidratado por la fiebre Gabriel
llegó al lago y santuario del final, un perfume a flores, una daga que se
clava profunda o una mirada enamorada, es la última frase, la frase final de
una historia
¡Gabriel!, sonó la voz de la enfermera ¿Qué haces otra vez
escribiendo?
Tenía que acabar el relato.
¡Hombre!, con esta fiebre debes reposar.
Ellos se estaban movieron en mi cabeza y no los podía abandonar.
Estás delirando.
Siempre contestó presto Gabriel.
Te daré algo para bajar esa fiebre.
La enfermera no puede entender que quizás el medicamento que
salva a Gabriel acababa con la vida del resto de sus personajes. Pepe Regueiro
https://archive.org/download/relato-la-ultima-frase
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